
Haya por el 89…
si por el 89 en las escuelas se hablaba poco, mas que poco, nada sobre los
desaparecidos.
Y andábamos con
la trokca Leticia Castillo, por la salada, armando con los pibes cosas que los
recordaran, que alumbraran un poquito la oscuridad del proceso.
En el 2001, 2002,
los cumpas de historia trajeron a Hebe al profe.
En una noche que
hubiese hecho las delicias de los Hermanos Marx.
La alegría y el
orgullo que sentí por los que eran mis alumnos en ese momento fue muy grande.
(para vos Leito, para vos Fraülen).
Me acuerdo de una
marcha… no me acuerdo el año… 96, 97…
Sobre Yrigoyen habían
puesto unos papeles sobre el piso que cubrían casi media cuadra.
No se quienes
eran, pero uno podía escribir alguna consigna.
Yo estaba con
Alejandra, y nos acercamos a chusmear.
Lo único que había
escrito eran cosas extremadamente delirantes en cuanto a puteadas y pases de
facturas.
Pero entre todo
esto, un tipo adelante nuestro escribe: “Alicia,
hace diez años que no te veo, un beso”.
Entre tanta
basura seudo política me parecía un mensaje maravilloso.
Entonces debajo
de eso escribi, (con la torpeza que me caracteriza), “todo lo que diga esta demás”.
Cuando nos damos
vuelta estaba el tipo llorando desconsoladamente.
Después, yo también
lloraba desconsoladamente.
Esta semana no
tuve ganas de hablar del tema en las escuelas.
No voy a ir a
ninguna marcha.
Siento que
canibalizamos (leer bien please, use la primera persona del plural) a los
desaparecidos.
No son solo los “k”, o Hebe, o quien mierda fuera.
Siento que los
volvemos a desaparecer.
Pero “soy yo, no sos vos”.
Perdón.