Esta es una historia real.
Cuando era chico y vivía en catan, la mayoría de mis amigos
eran hinchas de San Lorenzo.
Es mas, la primer camiseta de fútbol que tuvimos era un “camiseta para dormir”, esas blancas, a
la cual mi abuela le había cosido un escudito de San Lorenzo, y un numero negro
de cuero en la espalda.
Les mando un abrazo a mis amigos de la infancia a los cuales
ya no volví a ver.
La historia es la siguiente.
Paso hace más o menos dos o tres años.
Carlitos, (Tito), fanático hincha de los gauchos de Boedo,
estaba decidido a que su pibe siguiera sus pasos en cuanto a la pasión
futbolera, y atronaba a la criatura con
la historia cuerva.
…. Que no sabes la fuerza y la mística que tenia el Padre
Lorenzo….
… que no sabes como manejaban la pelota los Carasucias…
… que como tiraba la bicicleta el Lobo Fischer….
… como te cortaba las piernas La Oveja Telch….
… cuanta elegancia tenia en Ratón Ayala (en Europa no se
consigue) cuando de definir frente al arquero se trataba, y no como ese fraude
de Palermo…
Y así hasta el “infinito
y mas allá”.
Pero de todos los recuerdos que tenía en el “arcón”, Tito prefería y refería, una y
otra vez, el que contaba la historia del último gol de Sanfilippo con la camiseta
“azul grana”.
Aquel gol, haya por el ´72, que le dio a San Lorenzo el
titulo de “Campeón Metropolitano” (así
se llamaba uno de los torneos antes de que aparecieran los pedorrisimos
“clausura – apertura”).
Para los mas jóvenes, el Pepe Sanfilippo es ese viejito que
tira mierda en cuanto programa deportivo lo invita, y que dijo, muy suelto de
cuerpo, que en el segundo gol del diego a los ingleses, el que empuja la pelota
al fondo de la red es un defensor ingles!!!!!!!!!!!
Sigo…
Los fustigaba al pibe una y otra vez con el relato de José
Maria Muñoz.
Con el recorrido de la “pecosa”
por el verde “field”.
De cómo le pego el Nene.
Y del festejo desatado por Avenida La Plata.
El pibe, con lo huevos llenos y todo ese amor que siente un
hijo por una padre, un día le dice…
… viejo, por que no me mostrás donde fue el gol…
A Tito el corazón cuervo le empezó a latir a 389 pulsaciones
por minuto, y ahí nomás le dijo al pibe, ponete un par de zapatillas que vamos
ya.
Trencito de Catan a estación Sáenz.
Ahí, el 162 hasta Avenida La Plata.
Bajada, un par de cuadras pasando Chiclana.
“Viejo Gasómetro”
Tribunas de madera.
Césped impecable.
Tito lo agarra fuerte de la mano al pibe y empieza la
recorrida del mítico gol.
… de acá saco el mono Irusta… ... cortita, con la mano, no a dividir, al
pie del 3…
… Tojo, la controla y la juega corta para Rendo…
… Rendo, que tiene un tarde formidable, limpia a dos
rivales, y empieza a armar una pared con Albretch…
… para vos, para mí, para vos, para mí…
… como el Barza, papá… dice el pibe…
… mejor!!!! … responde tito
… como corría la pelota…
… como corrían las gallinas… adentro de la chancha y por
todo Boedo después….
… Faltando nada, el Toto Lorenzo lo saca al Negro Heredia y
pone a un pibito gordito y rubión, era su partido debut (después, de mas
grande, el pibito hizo debutar a otro pibito, y mas después se convirtió en un
escritor famoso experto en trabas)…
… al gordito le decían “Bambino”…
Veira, es su apellido…
A la vez que continuaba el relato, tito lo iba paseando por “el viejo Gasómetro”…
… acá la piso tal…
…allá, tal otro tiro un taco…
… acá lo cruzaron mal al Ratón…
… yo estaba en aquella tribuna…
… y te juro que si los tablones no se partieron en mil
pedazos fue porque dios siempre esta con los Santos…
… ves, justo acá la recibe el Bambino…
… apenitas unos metros después de la línea del medio campo…
… el hijo de puta se pone
a hacer jueguitos…
… parecía que el boludo no entendía que necesitábamos un gol
para campeonar …
… pero no, el Bambino esta esperando que el Negro Ortiz se
desprenda por la banda lateral…
… y ahí le mete el pase… largo, profundísimo…
… ves, ves, por ahí corría el Negro…
… amague para acá, amague para allá…
… dos defensores derrapan despatarrados…
… mira bien y vas a ver que todavía están las marcas en el suelo…
… casi sobre la línea de fondo el Negro Ortiz saca un centro
alto, hacia atrás, hacia la media luna del área, lejos de los dos o tres
defensores que todavía existen con vida, y muy, muy lejos del arquero …
… parábola perfecta en el aire… (Tito la describe con sus
dos manos)
… y acá, justo acá, donde estamos parados vos y yo en este
momento, estaba parado el Nene…
… para la pelota con el pecho, mejor dicho, la hace rebotar
un poco…
… y antes de que la globa caiga al piso, el Nene Sanfilippo
le da con la difícil, (la difícil, como dice el profe de fútbol de mi hijo),
con la de palo, (como decíamos en el barrio), le da de zurda…
… desde acá hijo!!!! …
… pleno empeine…
… cañonazo!!!!!...
… esos tiros que parecen que se van a las nubes, pero que
bajan de golpe, endemoniados…
…al ángulo…
…Con un arquero que vuela estérilmente, inútilmente…
… golazo!!!!!....
… el gasómetro explotaba hijo…
… ahí… señala tito con el dedo… un abuelo se abrazo con su
nieto como nunca lo hizo ni jamás lo hará…
… allá, un tipo de pañuelo anudado en la cabeza llora
desconsolado, como solo se llora de alegría…
… y acá, atrás, yo ni grito, solo sueño con tener un hijo,
con tenerte a vos para poder contarte este gol…
…
…
El pibe abre los ojos.
Los abre inmensamente.
Mira.
Mira.
Le suelta la mano a Tito y no puede retener una lagrima.
Un diminuto llanto.
De profunda vergüenza.
De inigualable piedad.
El pibe vuelve a mirar hacia donde debería estar el arco del
gol aquel.
Mira, pero solo ve la “góndola
de los pescados”.
La “góndola de los pescados” muy, muy cerca de los
detergentes y de una promotora que ofrece toallitas femeninas.
“el precio mas bajo, o te
devolvemos la diferencia”