Veo
películas de la Disney
con mi hijo, como las veía con mis hijas.
Viejas
y nuevas películas.
De
a ratos, cuando la "supresión de la realidad" me abandona, hay dos
cosas de esas películas que me llaman la atención, que me maravillan.
La
primera, es como se mueven las mujeres de la Disney. Seria torpe
decir que flotan, u otra estupidez así.
Mírenlas.
Es imposible describir tanta belleza.
La
segunda, es que en toda película de Disney, en el momento de mayor tensión, en
el momento en que la trama del film pega un giro y se precipita hacia su
resolución, en el momento de mayor clímax siempre llueve.
Llueve
de una manera descontrolada.
Lluvia
y llanto. Mezclados.
Lluvia
empapando a personajes diversos.
Lluvia
que parece borrar lo precedente y empujar a la película hacia un abismo.
Después
de la lluvia no se puede volver atrás.
Si
en el antiguo teatro "deus es machina", en Disney "lluvia es
machina".
Me
pregunto entonces cuando volverá a llover sobre nosotros.
Sobre
los nieros.
Sobre
los cabezas.
Sobre
los que andamos por la vida sin paraguas.
Si,
es cierto que la historia argentina esta ligada indisolublemente con la lluvia.
Llovió
a cagarse sobre ensenada, embarrando hasta los ejes a los rojos ejércitos de su
majestad británica.
Llovió
el veinticinco de mayo.
Llovió
sobre el barco que arrastraba a Mitre por el arroyo Pavón.
Llovió
el día que las bestias mataban obreros en los talleres Vasena.
Llovió
cuando murió Eva.
Llovieron
bombas sobre la plaza de mayo.
Llovió
cuando volvió el general.
Llovieron
cuerpos inocentes desde aviones de la marina sobre el Río de la Plata.
Llovieron
balas sobre el pueblo el 19, 20 de diciembre.
Nos
siguen lloviendo planes, Austral, megacange, uno a uno, primavera, blindaje,
corralitos, y tropelías varias.
Si
bien es cierto, no hablo de estas lluvias. De estos diluvios.
Solo
me pregunto cuando nos lloverá algo mas que mierda.
Para
cuando esa lluvia de verano que arrase con toda la hojarasca.
Esa
lluvia que preña el aire con olor a tierra.
Sin
ningún dios que dirija el viento.
Y
si una vez fuimos aluvión zoológico sobre el gorilaje.
Quizá
podamos, mas que esperar el aguacero, ser de nuevo lluvia.
Lluvia
nueva para barros nuevos.
Lluvia,
solo lluvia.